MI ESTADO IDEAL

Un estado clandestino, sagrado y raro, un poco más raro que la misma locura que trata de olvidar, un estado de incertidumbre, pero de esperanza y alegría que todos quisieran experimentar, es un espacio de mente reflexiva, de cuerpo tenso y de miles de ideas sin organizar, un estado de desesperanza esperanzadora que no se puede ni siquiera explicar. 


Ese estado es de compañía absoluta, con la profunda soledad, de familia alrededor, sin interferencia pero con mucha bondad. Un espacio vulnerable, tenso y frío que busca calidez y claridad, ese espacio tiene nombre, pero la verdad es que es difícil de nombrar.


Un estado de años, de tiempo y de trabajo sumamente personal, un espacio que busca y busca, pero a veces no se puede encontrar. Un espacio en el que se avanzan tres pasos y se retroceden cuatro, pero no se pierden las ganas de avanzar aún más.


Es un estado que inicia en el momento justo después de la misma oscuridad, un espacio que quiere luz, emoción y alegría, pero que muchos días está envuelto en la desigualdad, un espacio eterno que no debería generar zozobra, sino, por el contrario, solo recibir  tranquilidad, ese espacio lo busco desesperadamente hace años en mi cabeza, pero él siempre me quiso esquivar. 


Un estado que para tenerlo tiene un camino claro pero no técnicas, ni estrategias, mucho menos un mapa cerebral, ese estado sabe que todo tiene su tiempo y que si de verdad quieres tenerlo te debes esforzar, es un estado que deseo para mí, para mi familia y para todos los que quiero y puedo amar, es un estado que como la misma pintura me invita día y noche solo a exigirme más.


Es un estado que no sé si logré tener, pero con el solo proceso ya he sentido mucha paz. Es un estado asombroso que, con baches difíciles, aun así genera bienestar. Ese estado tiene un nombre que muchos repiten sin parar, que aunque parece común y corriente, la verdad es que casi no se logra hallar.


Un estado increíble que no tiene fecha ni caducidad, y que hoy por hoy sin darle muchas vueltas he decidido plasmar, pues cada segundo en su búsqueda ha sido una manera de pensar, avanzar y proyectar, y aunque aún no logró atraparlo, me siento con la seguridad eterna de decir que he aprendido que será mi sitio ideal, pues ese estado por más lejano que parezca tiene nombre, fuerza y vida y se llama simplemente SANAR.

Kalee Guauta